miércoles, 10 de marzo de 2010

CHOTIS EN MADRID- VARIOS CANTANTES

El chotis es una música y baile con origen en Bohemia. Su nombre deriva del término alemán Schottisch (escocés), una danza social centroeuropea a la que se quiso atribuir origen en un baile escocés. Diversas variantes del schottisch perviven en la tradición argentina, austríaca, escandinava (schottis), finlandesa (sottiisi), francesa (scottish), italiana (chotis), inglesa (scottische), mexicana, paraguaya, portuguesa (choutiça) y uruguaya.

El chotis se puso de moda en toda Europa durante el siglo XIX. En Madrid (España), al son de un organillo se baila en pareja cara a cara, y durante el baile la mujer gira alrededor del hombre, que gira sobre su propio eje. Se dice que el hombre no necesita más espacio que el de una baldosa para bailarlo. Generalmente se baila en las verbenas, fiestas típicas de Madrid. Las mujeres suelen bailarlo ataviadas con un mantón de Manila y los hombres suelen lucir una parpusa (un tipo de boina) en su cabeza.

Sin duda alguna el chotis más popular es el llamado "Madrid, Madrid, Madrid" del genial compositor mexicano Agustín Lara. En Argentina, Paraguay y Uruguay, el chotis fue introducido por los alemanes del Volga asentados en la región a partir de la segunda mitad del siglo XIX, y constituye uno de los estilos destacados de lo que en la Argentina se llama música litoraleña. Luego de fusionarse con la música de origen indígena guaraní, dio origen al chamamé moderno.

El chotis llegó a Madrid en 1850 y se bailó por primera vez, en el Palacio Real, la noche del 3 de noviembre de aquel año, bajo el nombre de Polca Alemana. A partir de ese momento, alcanzó gran popularidad y llegó a ser el baile más castizo del pueblo de Madrid, hasta convertirse en un símbolo del Madrid festivo.

Según el periodista José Ayala, el chotis, y su organillo acompañante, fue introducido en Madrid por un inmigrante siciliano apellidado Apruzesse, ver Organillo/Referencias madrileñas madrile.C3.B1as, que durante una estancia en Viena aprendió el secreto de las pianolas y fue el primero en traerlas a Madrid, instalando su taller en la Calle de San Francisco. Allí en Madrid se las llamó "organillos", y la música de ritmos austríacos que traían llamada Schotis encandilo a los chulapos madrileños. En una calle de Madrid, en la Cava Baja, aún hay un bar que recuerda esta historia y cuyo nombre es "Schotis".

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