domingo, 22 de agosto de 2010

GRACIA MONTES


Gracia Montes es el nombre artístico de Gracia Cabrera Gómez (Lora del RíoSevilla1 de marzo de 1936), cantante española de copla.

Gracia Cabrera Gómez, que ése es su verdadero nombre de pila, vio la luz el uno de Marzo de 1936 en la calle Murillo de la sevillana población de Lora del Río. Bautizada en la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Asunción. Era la primogénita del matrimonio formado por José Cabrera Sánchez y Adela Gómez Mendoza, una familia acomodada en el ocaso de su esplendor. Sin embargo, la joven niña mostró desde sus primeros años una particular distinción en sus modales y una afición por la tonadilla que causó el disgusto paterno. Gracita, a hurtadillas, empezó a entonar las primeras coplas y fandangos que escuchaba por el pueblo -siempre advirtiendo de que no la delataran- en fiestas y bautizos y a interpretar las mejores saetas que podían escucharse en aquella tierra húmeda, uncida por las aguas del Guadalquivir donde un barquerito quería ser matador o, al menos, eso decía a las jovencitas de la ribera. Recuerda, especialmente, un fandango clásico con letra popular que decía así: "Dicen que canto muy mal/ pa' lo que gano bien canto./ Dicen que canto muy mal./ Peor cantan los padres curas/ peor cantan los padres curas/ y ganan mejor los cuartos". En el cine de Lora tuvo ocasión de jugar a ser una estrella cuando veía en la gran pantalla al torbellino de Estrellita Castro, la majestuosidad de Concha Piquer o a la gran Imperio Argentina cantar aquello de "Ay, que me diga que sí, ay, que me diga que no. Como no lo ha querío ninguna lo quiero yo".
Sus principales estudios los realizó en el Monasterio de las Madres Mercedarias de Lora del Río, junto a su hermana Encarnación. Una de las canciones que Gracia recuerda con mayor cariño es "Herencia gitana" compuesta para la gran Concha Piquer. Así decían algunos de los versos que Gracita con sólo ocho años cantaba en su pueblo: "Me dejaron de herencia mis padres/ además de la luna y el sol/ esta bata 'cuajá' de lunares/ que toíto el mundo recorrió.". Consciente ya de que su verdadera afición no eran las letras sino el cante, Gracia tuvo que ponerse en huelga de hambre para lograr el consentimiento paterno y así marchar a Sevilla e iniciar una brillante andadura artística. El padre de Gracia era reacio a que la joven se dedicara al mundo de la copla, dado que este mundo no estaba bien visto de cara a la sociedad en este momento histórico. Pero a fuerza de muchos sacrificios e insistencia por parte de la chiquilla, José Cabrera que era un señor poseedor de gran sensibilidad, comprendió que su hija había nacido para cantar.
Gracias al "sí" de su padre y bajo la siempre atenta mirada de su tía, Gracia entra a formar parte de la Academia del Arte Español de la popular profesora Adelita Domingo, situada en la calle Jesús del Gran Poder. Allí compartió amistad con las entonces jovencísimas Conchita Bautista y Pepita Machín. A este particular, Gracia recuerda "como éramos muy golosas nos íbamos a la pastelería 'La Campana' y allí nos comíamos los pasteles". Eran tiempos de hambruna y esperanzas truncadas, aliviadas por la radio de Cretona que entonces era la reina indiscutible de los hogares.
Sin demora, se presentó, con sólo 13 años, a las Galas Juveniles realizadas cada mañana de los Domingos en el sevillano Teatro Cervantes, emplazado en la calle del mismo nombre (hoy convertido en sala de cine), donde el público aplaudió y admiró sus florecientes cualidades artísticas, incorporándose muy pronto a los espectáculos de diversas compañías, como la del cantaor Pepe Pinto y Pastora Pavón y en la de variedades de Mercedes Vecino y Los Gaditanos. Se data, por algunos escritores, que actuaría en el espectáculo "La copla por bandera" (1953).

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