martes, 23 de marzo de 2010

EL PIANO Y LOS PIANISTAS

Durante el siglo XIX la proliferación de la enseñanza y aprendizaje del piano fue muy común, al grado de que muchos consideraron a este fenómeno como una "Peste"; "Ese vulgar darle al piano" - en palabras de Eduard Hanslick - era considerado daniño y nocivo para todo el mundo. Los conservatorios y escuelas de música sólo alentaban con frivolidad una "superproducción" de pianistas como si se tratara de un fabricar un objeto. Si desde entonces se llego a pensar que de seguir así las cosas en el futuro se cobrarían más victimas tanto de parte de los ejecutantes como en los oyentes, prácticamente la música es quien lo ha pagado muy caro.

Las palabras de Grete Wehmeyer obligan a la reflexión, pues señaló que el estudio de la música al estar centrado en los tecnicismos, a la competencia, "a la juventud la condena a una prisión incomunicada...la frustra en el sentido maligno de la palabra, pues él mismo - el piano o cualquier otro instrumento - se presenta como seductor, como embaucador al logro de fama mundial, de una carrera artística, como seductor a la senda de la falsa inmortalidad."

Pese a las advertencias dichas en una época en que se clasificaban nuestras histerias, señoritas, doncellas, jóvenes y mancebos no dejaron por ello de dedicar parte de su tiempo para tocarlo, y es sabido que muchos de los compositores que conocemos los tuvieron como pupilos para así sostenerse económicamente, aunque prácticamente odiaban enseñarles por considerarlos sólo aficionados.

Desde muy temprano, un tecladista no sólo debía tocar música ya escrita de un famoso compositor, esto era sustancialmente parte de su formación; lo que era muy valorado era mostrar las habilidades que se poseía ante el instrumento, lo hábil que se era para improvisar; esto brindaba fama y fortuna, era en cierta forma la manera de comercializar una carrera y reputación. Sin embargo, es por ello que por generalizar esta costumbre y basarse únicamente en ella, fueron señalados y criticados por quienes por otra parte buscaban independizar a la música de únicamente esas expresiones.

Si observamos el desarrollo de la literatura pianistica comprenderemos que este se desenvuelve y caracteriza por este último motivo. El piano no era por muchos considerado sólo para lograr efectos con él o vulgarmente para deleitar a los oídos; visto más allá de un simple seductor, un instrumento tiránico o un "héroe severo que hace a muchos prisioneros", los músicos no cesaron de hallar en él las más completas posibilidades musicales.
 
contribucion de : Grupo Filonomia

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