martes, 10 de agosto de 2010

SERGEI PROKOFIEV

Sergéi Sergéyevich Prokófiev (en ruso Серге́й Серге́евич Проко́фьев) (Sontsovka, 23 de abril de 1891 – Moscú, 5 de marzo de 1953) fue un compositor y pianista ruso.

Sergéi Prokófiev nació en Sóntsovka (actualmente el pueblo de Krásnoye, en el Óblast de Donetsk), Ucrania, fue hijo único. Su madre era pianista y su padre un ingeniero agrónomo relativamente acomodado.

Prokófiev demostró a temprana edad unas dotes musicales poco usuales y en 1902, cuando empezó a recibir lecciones particulares de composición, ya había compuesto algunas piezas. En cuanto dispuso de las herramientas teóricas necesarias, se puso a experimentar, sentando las bases del que sería su propio estilo musical.

Sus primeras obras, como el Concierto para piano n.º 1 (1911) y la Suite escita para orquesta (1914), le valieron mala fama como músico contra la línea nacionalista rusa. Su gran obra es Pedro y el lobo , con narrador y grandes instrumentos musicales.

De 1918 a 1933 vivió en Europa, realizando giras como pianista en las que interpretaba obras propias como sus 5 Conciertos para piano y sus 5 primeras Sonatas para piano. Su obra más destacada en esta época es la Sinfonía clásica (1918). Durante los años en que vivió fuera de su país compuso para el empresario de los Ballets Rusos, Sergéi Diágilev, los ballets Chout (1921), El bufón y El paso de acero (1927), apoteosis de la industrialización que estaba produciéndose en ese momento en Rusia. De este mismo periodo son las óperas El amor de las tres naranjas (1921), basada en una fábula del dramaturgo Carlo Gozzi (autor de Turandot), y El ángel de fuego (1919). En 1923 se casó con la cantante de origen español Lina Lluvera.

El Concierto para violín n.º 2 en sol menor opus 63, escrito en 1935 fue estrenado el 1 de diciembre de 1935 en Madrid por el violinista francés Robert Soëtans y la Orquesta Sinfónica de Madrid dirigida por Enrique Fernández Arbós. En 1936 Prokófiev volvió a Rusia, donde siguió componiendo con el mismo lenguaje musical y sus obras demuestran una extraordinaria integridad si se tiene en cuenta la presión impuesta por el dogma soviético del realismo socialista. Entre estas obras cabe destacar Pedro y el lobo para narrador y orquesta (1934), Romeo y Julieta (ballet, 1936), la ópera Guerra y paz (1946), la Sinfonía n.º 5 (1945), la suite El teniente Kizhé (1933) y Alejandro Nevski (cantata, 1938, para la película del director soviético Sergéi Eisenstein, también destaca su trabajo musical para la película Iván el Terrible, del mismo director).

En 1947 compuso la última de sus Sonatas para piano. En total suman nueve, de las que destacan la tercera, escrita en un solo movimiento; las llamadas sonatas de guerra (la sexta, séptima y octava), compuestas durante la segunda guerra mundial; y la novena, dedicada a Sviatoslav Richter, donde se simplifica su lenguaje.

El 10 de febrero de 1948, año del decreto Zhdánov, el Politburó condenó la música «formalista», fuera de los parámetros del realismo socialista, que estaban componiendo Prokófiev, Shostakóvich y otros. Sus armonías fueron juzgadas como «cacofónicas» y tuvo que prometer que realizaría obras con mayor lirismo realista. El 20 de febrero, su mujer Lina fue acusada de espionaje y condenada a trabajar veinte años en un campo al norte del paralelo 67.

Ese mismo año compuso Cuento de un hombre auténtico (1948) pero fue nuevamente censurado. Cuatro años más tarde compuso la Sinfonía n.º 7, por la cual recibió el premio Stalin (1952). Prokófiev falleció en Moscú el 5 de marzo de 1953 (el mismo día que Stalin) cuando acababan de comenzar los ensayos para su ballet La flor de piedra (1950), que fue puesto en escena el año siguiente.

Después de su muerte, en 1955, se representó por primera vez, en La Fenice de Venecia, su ópera El ángel de fuego, con libreto de Valery Bryusov.

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