domingo, 25 de julio de 2010

RUDOLF NUREYEV

Rudolf Xämät ulı Nuriev, también conocido como Rudolf Jamétovich Nuréyev (nótese que su nombre es rudólf, no rúdolf) (en cirílico Рудольф Хаметович Нуреев) (17 de marzo de 1938 - 6 de enero de 1993) era un bailarín clásico nacido en Rusia, nombrado por muchos críticos como el mejor bailarín del siglo XX, y posiblemente el mejor que jamás ha existido.

Nació en un tren cerca de Irkutsk, mientras su madre realizaba un viaje desde Siberia a Vladivostok, donde su padre, un comisario del Ejército Rojo de origen tártaro, estaba destinado. Creció en un pueblo cerca de Ufá, en la República de Bashkortostán. De niño fue alentado a bailar danzas folclóricas bashkirias, siendo un bailarín precozmente destacado.

Debido a la interrupción de la vida multi cultural soviética causada por la Segunda Guerra Mundial, Nuréyev no pudo comenzar sus estudios en una buena escuela de ballet hasta 1955, cuando fue enviado al Instituto Coreográfico de Vaganova, dependiente del Ballet Kirov en Leningrado. A pesar de su comienzo tardío, fue pronto reconocido como el bailarín con más talento que la escuela hubiera visto en muchos años. Su temperamento era extremadamente difícil y ello se achaca, fundamentalmente, a que sus problemas personales estaban fuertemente vinculados a los conflictos internos respecto a su propia sexualidad, lo que se hace más evidente si se mira hacia atrás.

Al cabo de dos años Nuréyev ya era uno de los bailarines rusos más conocidos, en un país donde el ballet era venerado y donde se convertía a los bailarines en héroes nacionales. Poco después ya gozaba del privilegio excepcional de poder viajar fuera de la Unión Soviética, como cuando bailó en Viena en el Festival Internacional de la Juventud. No mucho después, debido a su conducta, no se le volvió a permitir viajar al extranjero, limitando sus actuaciones a giras por las provincias rusas.

En 1961 su vida cambió. El principal bailarín del Kirov, Konstantin Sergeyev, sufrió un accidente y Nuréyev fue elegido para sustituirle en París. Allí, su actuación impresionó al público y a la crítica. Pero Nuréyev rompió las reglas en cuanto a asociarse con extranjeros. Al darse cuenta de que probablemente no se le volvería a permitir viajar fuera de la Unión Soviética después de esta ocasión, el 17 de junio de dicho año no se presentó en el aeropuerto de París para regresar a su país. Tras este episodio nunca más volvió a pisar suelo ruso.

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