domingo, 6 de junio de 2010

LA ZARZUELA

La zarzuela es una forma de música teatral o género musical escénico surgido en España con partes instrumentales, partes vocales (solos, dúos, coros...) y partes habladas. Su nombre procede del Palacio de la Zarzuela, nombre del pabellón de caza cercano a Madrid donde se hallaba el teatro que albergó las primeras representaciones del género. La zarzuela se cultivó con muchos aciertos al trasladarse a Cuba, donde destacaron los compositores Gonzalo Roig y Ernesto Lecuona, y Rodrigo Prats, Eliseo Grenet y a Venezuela, con José Ángel Montero y Pedro Elías Gutiérrez.

En Filipinas, la popularidad de las zarzuelas cedió a la indigenizacion de este género. Durante la colonización norteamericana, las sarswelas (la forma indígena) fueron una forma mayor de mostrar resistencia a fuerzas extranjeras. Honorata 'Atang' de la Rama fue conocido como la Reina de la Sarswela Filipina. Esta forma de la Arte se llama tambien zarzuelta en varios lugares del país.

La zarzuela es un subgénero de la Opereta, la opereta es una representación teatral que, a diferencia de la ópera, no es totalmente musical sino que alterna partes habladas y partes musicales. Para que una opereta pueda ser considerada zarzuela tiene que cumplir dos requisitos: que la acción se desarrolle en territorio español y que contenga algún número musical que se inspire en el folclore de alguna región española. Así La corte de faraón o los gavilanes no pueden ser consideradas zarzuelas porque no cumplen estos dos requisitos.

En los primeros años del siglo XX, se componen obras de mayor calidad musical como "Doña Francisquita" de Amadeo Vives o, un poco antes Gigantes y Cabezudos)[1] 1898", del maestro Fernández Caballero que supo ganarse muy bien a la crítica componiendo una obra muy del "gusto popular".

La zarzuela se va manteniendo con estas producciones que, a veces, se ajustan a la estructura musical de una ópera italiana, gracias a autores de la talla de Francisco Alonso, José Padilla, Pablo Sorozábal, Federico Moreno Torroba, Rafael Calleja y Jacinto Guerrero. La guerra española abre un paréntesis y en la posguerra, la decadencia es casi total. No existen apenas nuevos autores para este género y no se renuevan las obras. Por otro lado, la zarzuela existente es difícil y costosa de representar y sólo aparece esporádicamente, por temporadas, durante unos pocos días o semanas.

En estos primeros años del siglo se empieza a dar el apelativo de género ínfimo a las representaciones conocidas como revistas. Son obras musicales con una conexión de ideas parecida al de la zarzuela pero más ligeras y atrevidas, con números escénicos que, en la época, se calificaron de «verdes», es decir, pícaros, de temas sexuales y con letras de doble intención, en casi todas hay "cuplés". Una de estas obras fue La Corte de Faraón, basada en la opereta francesa Madame Putiphar. La música se hizo tan popular que algunos de sus números acabaron siendo verdaderos cuplés difundidos por el público.

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